miércoles, 2 de diciembre de 2015

Ya llegó la navidad, con turrón y mazapán... Ups, no, ¡que estamos en Suecia!

¿Ya es diciembre? La verdad es que el tiempo vuela, nadie me puede discutir eso. Llevo casi tres meses en Suecia,  y, la verdad, es que estoy encantada.

El lunes pasado, salía yo con mi humor de lunes por la mañana, ese en el que ladro y muerdo, y cuando abro la puerta y veo que todo estaba blanco, mi mal humor se esfumó, y no puede evitar sonreír durante el resto del día. ¡La nieve por fin había llegado! Es verdad que nevó muy poquito, seguramente en la madrugada del lunes, y la capa de nieve que había  apenas tendría 3cm de grosor, pero era la primera nevada del invierno. Yo creo que todos esperábamos que ya no quedase nada de nieve esa misma noche, pero, increiblemente, sigue todo nevado.



Para los que no lo sabíais, yo apenas he visto la nieve en mi vida, una vez en Francia cuando tenía 15 años, y en enero de este mismo año cuando pisé Suecia por primera vez, así que ver caer cuatro copos de nieve es para mí como estar en Disneyland.

Y con la nieve y el mes de Diciembre, llega la navidad. Aquí no hay Corte Inglés que nos diga cuándo empezar a adornar nuestras casa, ni anuncios del calvo de la lotería (o no tan calvo, ya); pero las calles, las casas y los supermercados se llenan de adornos, de luces y de olores navideños, además de llenarse de "tomten" desde el primer adviento, que fue este domingo pasado.

¿Y cómo decoran los suecos sus casas y sus calles? Para empezar, no veremos nada religioso. Ni angelitos, ni belenes, ni nada por el estilo, y tampoco nuestras luces de colores que ponemos en los árboles de navidad o en el exterior de nuestras casas.

El color rojo es el predominante de estas fechas, y se combinan con blanco y veige. La gente cambia los manteles, las cortinas y cuelgan en las ventanas estrellas de papel. También tienen lueces, pero son en forma de vela, eso sí, eléctrica para no prender fuego a la casa, como las de las iglesias en donde echas la monedita, pero con enchufe visible.

Y como ya he dicho antes, todo se llena de "tomten", que se pronuncia algo así como "tonta". Estos entrañables gnomos son toda una leyenda en los países nórdicos. Se supone que viven bajo tu casa y te cuidan y te vigilan, pero si los tratas mal, no pararán de hacerte putadillas. Y se supone que te traen regalitos en navidad, a lo Santa Claus.

¡Tomten! O los pobres gnomos sin ojos.


Y volviendo al pasado, el domingo 29 se celebró el primer día de adviento, con un pequeño mercado de navidad en el castillo y fuegos artificiales. No pude sacar fotos del mercado porque apenas estuve, pero os dejo algunas foticos de las decoraciones de la calle y los fuegos artificiales.

La navidad en las calles.


Aunque la semana que viene me voy a Barcelona a disfrutar (véase currar como una cabrona) de la Final del Grand Prix de patinaje, el día 15 estaré de vuelta y os contaré más cositas sobre esta época de paz y amor en este país vikingo.

Espero que os haya gustado, aunque no tenga futuro como novelista. =)


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